Mayo llega desprendido de himnos festivos
camina suave
impúdico
larga carretera de días y de muertos
llueve
y llueve
llueve
Abril tapizó sobre él la más baja soledad
terreno agrio de losetas heladas
candil sin llamas con sonidos de ambulancias
y de pronto dejamos
de andar
de andar dejamos
dejamos de pisar
dejamos de pisar
el camino se hizo fango
el camino se hizo
olvido concreto
nos quedamos sin
rutas
sin monedas
sin ruidos de
talleres
adelgazamos sobre terrazas y
salas
las paredes los nosocomios las mayólicas
los vecinos y los hermanos vinieron a nuestro velorio
todo se hizo carne y chicha de jora
gusanos
materia sobre materia
muerte de todos los días
comprar un periódico a la mañana
muerte de todos los días
y leer las noticias con café sin leche
muerte de todos los días
las bocas se llenan de bocas muertas
los hospitales se llenan de almuerzos y platos fríos
eres polvo sentado sobre silla de fierro
las camas
no podemos dormir en estas camas
cunde la desesperanza en las sartenes quemadas
Llueve
Llueve
Llueve
en MAYO Llueve
me dejó abril
me dejaron los meses
el constante abandono
de estos días sin rostro
sin tregua
sin el entusiasmo necesario que llevan quienes alzan el hombro
sin tregua
sin el entusiasmo necesario que llevan quienes alzan el hombro
plato desierto
sobre la mesa
un pedazo de hueso
hojas quemadas
ollas de tizne
fuego en la cocina
grasa en las paredes
fuego en la cocina
grasa en las paredes
moriremos solos
otra vez moriremos
solos
en vano tantos siglos
sobre siglos
moriremos sin amor
con la idéntica soledad de nuestro
rostro
Moizés AZÄÑA
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