jueves, 7 de enero de 2010

La inconsciencia del hábito

Cada noche, cuando llega la hora de dormir, cierro las ventanas y la cortina, y antes de acostarme abro un libro o escribo o veo una película (últimamente muy pocas veces toco la guitarra). Generalmente al costado derecho de mi cortina queda un poco entreabierto, volteo, y está cerrado, en realidad es el presentimiento de que hay un agujero por el que se penetra la oscuridad, entonces ese voltear es necesario, urgente, si no lo hago es casi imposible concentrarme. Mala costumbre adquirida en días inconscientes y recién me percato. Cómo son los hábitos, van formándose mientras uno se ocupa de otras cosas y el día menos pensado ya lo tenemos cargado en nuestra vida como parte de alguna solución que no se buscaba o como otro problema más.

AZAÑA ORTEGA