martes, 17 de marzo de 2009

Perdón, Vallejo

El sábado Astrid me preguntó por Julio César Vallejo. «¿Julio César Vallejo?». «Sí —insistió— mi profesora me ha dejado que haga su biografía». Le aclaré que su nombre no es el que me dijo, sino: César Abraham. «Julio César, me ha dicho mi profesora», excusó su error.
Cuando le pregunté sobre el origen de Vallejo no supo qué responderme. Astrid cursa el tercer año de secundaria y sin embargo no conoce al más ilustre poeta del S. XX que ha tenido el Perú y Latinoamérica; no sabía nada de él. Este suceso me llevó a la decisión de ir a la calle para preguntar sobre el escritor peruano que ayer, 16 de marzo, se celebró un año más de su nacimiento ocurrido en 1892. Dentro de las respuestas más catastróficas, ridículas, ilustres y hasta hilarantes fueron las siguientes que he transcrito:
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—¿César Vallejo?... ¡Ah!, en esa universidad estudia mi sobrino.
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—No me hables de fútbol compadre, suficiente con la selección…
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—¿El Ministro?...
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—Nada brother, yo estudié en Pitágoras.
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—Claro pues hermano, cómo no voy a saber, es un escritor peruano… ¿Va a publicar un nuevo libro?

«Hay, hermanos, muchísimo que hacer». (Poemas humanos. César Vallejo).

Moisés Azaña Ortega

-la indecisión [nos] cojudea-

Moisés Azaña Ortega