miércoles, 31 de diciembre de 2008

JO, JO, JO... FELIZ FALSEDAD

Continúo desempolvando más hojas:

25 de diciembre de 2007

¿Feliz Navidad? Sí... Feliz navidad doña Toña, doña Susi, doña Ana, doña Olga, don Roberto, don Chiriboga, don Alfaro… también feliz Navidad Ñato, Narizón, Pete, Evo, Ozzy, José Luis, Hablador, Nene, Loca, Puca, China, Pollo… Feliz Navidad también al desconocido que pasa por mi costado, también al perro Keisser, al gato Cabezón, al loro Huicho… Abrazos a mis viejos, a mis hermanos, a todos mis familiares. Brindis por Navidad. De fondo los cuetecillos y la atmósfera más gris del año, la más negra noche. Ya se ha pasado por toda la comida atiborrada de especerías. Y más navidad y navidad y felices y felices y felices…

La Navidad es una mierda, me llega al pincho la Navidad. En estos casos tienes que ser sociable, me dice una parte, pero la otra hace que me quede en mi habitación hasta que cesen los abrazos, los saludos y toda esa pitanza empalagosa que se acostumbra en este día. Se quiere ir de compras y en las pistas hay más tráfico que de costumbre. En realidad es el «Día de todos los centros de venta»: Ripley, Saga Fallabella, Tottus, Metro, etcétera, todos chilenos. Pa’ concha: el pasaje sube 50 %.

Y Jesusito, ¿dónde está Jesusito, el niño por el que se festeja? Ah, ya sé, lo colocan a la medianoche en el nacimiento, claro, pero no en vano: se le pide las frustraciones que no pudieron cumplir en el año viejo, y toda la ilusión de una fructífera vida imaginada que consideran que con esa petición ya se solucionarán todititos sus problemas: «ten fe hijito, ten fe», la grandísima vida. La verdad es que te la tienes que ver con el berrinche del presidente García y con el sudor diario —sobretodo ahora que es verano— y con las alzas de precio y con el ómnibus repleto y con gente que le apesta el sobaco.

Al guachimán del barrio se le invita un pedazo de panetón con su chocolatito pal’ frío de la noche y ya se cumplió, uy qué buena gente somos, somos lo máximo, la solidaridad nos rebasa y, en nuestras casas, tragamos cuanto haya y por añadidura la comida sobra pal’ calentado de la semana. «La solidaridad de un día no es solidaridad, es circo», escribió un cronista de un periódico de derecha. Digo Navidad y evoco a casas donde ni siquiera tienen para un bizcocho y a la par miles de gentes derrochando en huevadas de más, como diría en un artículo: «la jungla eléctrica que se dispone para estas fiestas y que gasta energía que otros no tienen. He llegado a la conclusión de que 1 600 años (más o menos se celebra desde ese tiempo) de buenos propósitos no han logrado gran cosa. Feliz Navidad y guerra, Feliz Navidad y miseria, Feliz Navidad e injusticia, Feliz Navidad y maltrato al más débil, etc., etc. Es decir, que ni el Feliz Navidad, ni la sonrisa que debe acompañarla, han solucionado hasta ahora nada, ni que el mundo sepa algún problema». El veinticinco, a las cero horas, se atesta de humo que maltrata más el ambiente por el cual se realizan campañas de concientización, pero la gente sigue sin comprender. La Navidad es el sida imperecedero.

Navidad, buena o mala, te deseo lo mejor en este día de fiesta costumbrista, de negocios, de abrazos hipócritas y sinceros… Sentirse en paz por lo menos un instante que tanta falta hace. Por último, deseo que tengas una felicidad siempre, no solo este bendito día navideño, sino todos los que se pueda, depende mucho de ti no cagarla.

AZAÑA ORTEGA, 
Moisés