jueves, 26 de junio de 2008

Cien años sin soledad


Por César Hildebrandt
Hoy se cumplen cien años del nacimiento de Salvador Allende, suicida a los 65 luego del bombardeo de La Moneda ordenado por Pinochet, ejecutado por Leigh y festejado por Nixon y todas las hienas de la Caverna latinoamericana, empezando por “El Mercurio”, el diario que la CIA infló con millones de dólares según los documentos desclasificados en los últimos diez años.Yo tenía 25 años esa mañana de tragedia predecible. Recuerdo que estuve desde muy temprano en la embajada chilena en Lima, compartiendo con el embajador socialista de Allende las noticias que él recibía directamente, por radio y teléfono, desde Santiago.Chile nunca había sido tan hermano como en esos años de sueños comunes. ¿Quién se hubiese atrevido a recordar agravios salitreros cuando todos mirábamos el futuro socialista y en paz, democrático y plural, que Allende se empeñaba en construir con lo mejor de la inteligencia chilena y frente a lo peor de la canalla derechista de todas partes? No había tiempo para dedicarse al pasado en esos tiempos en los que todo lo bueno parecía amenazado. Y quienes nunca pudimos transar con el estalinismo habanero y su concentración pavorosa de poder en un solo hombre cada vez más intolerante, vimos en Allende y sus dificultades el trámite inexorable que los socialistas democráticos debían de cumplir para no parecerse a ningún patriarca vitalicio.Y cuando vinieron los crímenes, las provocaciones, las voladuras de gasoductos, pensamos que enfrentar eso, al lado del pueblo chileno, era mejor y más limpio que ver a liberadores de antaño transformados en enemigos de la poesía de Heberto Padilla.Pero luego vino la huelga de los camioneros encabezados por León Vilarín, agente de la CIA, y la guerrilla fascista de Patria y Libertad, ­aceitada por Kissinger y liderada por Pablo Rodríguez y Jaime Guzmán, ambos en la planilla opaca de la CIA, y luego la huelga patronal de la Sociedad de Fomento Fabril, alentada por la CIA e instrumentada por el Partido Nacional, heredero de quienes habían empujado al suicidio al liberal presidente Manuel Balmaceda en 1891, y por la Democracia Cristiana, ya abiertamente militando en el golpismo.Yo había estado en Chile en 1971, cubriendo las primeras elecciones complementarias del Congreso que Allende había perdido en Valparaíso. Había recorrido muchos lugares y había hablado con mucha gente –desde Volodia Teitelboim a Carlos Altamirano, de Luis Corvalán a Patricio Aylwin– y había llegado a la muy compartida conclusión de que Chile estaba en camino, por decisión de la Caverna internacional, de una confrontación armada en la que Allende y los suyos –en ese momento, la mitad de Chile– serían masacrados.Recuerdo que una noche, en Valparaíso, en una boite que parecía el set para una película basada en un cuento de José Donoso, Augusto Olivares, “el Perro Olivares” –secretario de prensa de Allende– nos había dicho a un grupo de periodistas extranjeros que las cosas se iban a poner más feas prescindiendo de cuáles fueran las señales de paz que diera el gobierno. ­“Aquí los momios están acostumbrados a ganar”, dijo el entrañable Olivares; el mismo Olivares que aquel 11 de septiembre de todas las infamias, metralleta en mano, resistió en La Moneda hasta donde pudo y a eso de las diez de la mañana se pegó un pulcro tiro en la sien.Había visto también, en ese viaje, hasta qué punto la izquierda tanática, encarnada en Carlos Altamirano, en parte del Mapu y en la totalidad del MIR, facilitaban el trabajo de la CIA atizando el “enfrentamiento final” con las Fuerzas Armadas, por aquel entonces todavía en manos de comandantes en jefe decentes e institucionalistas. Y cuando llegó, en marzo de 1973, ­aquel proceso electoral en el que la ­Unidad Popular obtuvo una victoria, a pesar del desabastecimiento salvaje impuesto por el empresariado y de las tomas de fábricas dictadas por el extremismo de izquierda, muchos sentimos un gran ­alivio. ¿Se atreve­rían los fascistas a ahogar en sangre a un gobierno que conservaba cifra tan alta de apoyo popular?Ahora sabemos que fue en ese momento, precisamente, cuando la CIA y los Edwards, el fascismo y el empresariado golpista, Kissinger y la Democracia Cristiana, tomaron plena conciencia de que sólo con las armas echando plomo a discreción se librarían de la pesadilla de un gobierno que había nacionalizado el cobre en medio del fervor popular y que, pacientemente, gobernaba en el angosto margen que le había quedado para seguir siendo democrático.Así que esa mañana del 11 de septiembre de 1973, 48 horas antes de que ­Allende anunciara el referéndum que decidiría la continuidad del régimen, cuando al amanecer la flota chilena zarpó de Valparaíso, todos supimos que el espanto había empezado su última cuenta regresiva. Y mientras se decía que Allende buscaba a su recién nombrado comandante del ejército para que pusiera las cosas en orden y los teléfonos de Leigh en la Fuerza Aérea y de Carvajal, en la Armada, sonaban sin contestar, nosotros escuchamos, en la embajada chilena en Lima y gracias a una radio de onda corta, el primer y escalofriante mensaje de la Junta facista. Una de las órdenes era fusilar a quien quebrara el toque de queda, programado para pasadas las 6 de la tarde.Después supimos de los bombardeos ­aéreos en las instalaciones de las radios ­allendistas –la Portales, la Corporación– y de la demolición, también desde un avión de la FACH, de la residencia presidencial de Tomás Moro. Pero ni siquiera en ­ese momento pudimos imaginar la crueldad exaltada de este sicariato en que se había transformado la Fuerza Armada chilena. Todas las masacres de mapuches, todas las matanzas de obreros sublevados en el norte (Santa María de Iquique fue la versión chilena de La Comuna de París), toda la furia de una derecha decidida a matar como escarmiento y a vengarse para recuperar sus certezas patrimoniales, todo el odio mugriento de los pelucones asustados, se comprimió en el rostro de Augusto Pinochet Ugarte.¿Fue un iluso Allende? No. Fue un idealista. ¿Pudo hacer otra cosa que gobernar como lo hizo? No hubiera podido hacer otra cosa: fue leal a su compromiso de asomar a Chile a un socialismo en democracia. ¿Cometió errores? Por supuesto y el primero fue, probablemente, no romper con la izquierda provocadora que parecía aliada del fascismo.He escuchado ayer algunos discursos de Allende. Resulta prodigiosa la vigencia tenaz de muchas de sus ideas en torno al abuso imperial de los Estados Unidos, la dependencia como desgracia, el saqueo de nuestras riquezas como destino impuesto por el llamado “orden internacional”, la asimetría del intercambio comercial y la urgencia de unidad de los países que no quieren borrar de su lenguaje la palabra dignidad.Allende se mató para no caer en manos de quienes, un año después, harían volar de un bombazo a Prats y a su mujer. Como Balmaceda en Chile, como Eduardo Chibás en Cuba, Allende fue un héroe de la propia consecuencia. Su vida fue la de un demócrata impertérrito. Y su fracaso no fue el triunfo de Castro, que en privado dijo más de una vez que lo que le había pasado a Allende le pasaría a todos quienes quisieran construir el socialismo respetando las reglas de la tolerancia. Digamos que ese fracaso fue episódico. Hoy el mundo reclama un liderazgo como el de Salvador Allende, un ­ejemplo como el que predicó, una sensibilidad social como la que lo condujo al poder y al martirio casi al mismo tiempo. Allende nos espera instalado en el futuro. Pinochet espera a los Edwards y afines en el fantasmal vertedero donde será, para toda la ínfima eternidad humana, el viejo tembloroso que mató, robó y esgrimió su ancianidad para no ir preso. El héroe de Milton Friedman resultó que, fuera del poder, se cagaba de miedo.

Extraído del diario LA PRIMERA.

Che, mito y verdad


Si estuviera aún entre nosotros, Ernesto Che Guevara sería hoy un venerable señor de 80 años de edad. Pero murió un año antes de cumplir los 40 en las montañas de Bolivia. Y desde entonces se hizo un ícono de la heroicidad revolucionaria. Al lado del ‘Che’ que contribuyó a la victoria castrista en Cuba, del industrializador, del teórico del nuevo hombre socialista, del guerrillero del mundo, se erigió el enorme mito del luchador que muere por lo que cree, que ha inspirado a mucha gente.
Hoy 14 de junio, se desarrollan homenajes en Argentina, Cuba y una larga lista de países en todo el mundo. Aquí en Perú está constituida una Comisión de Aniversario, integrada por representantes de la Coordinadora Político Social y de las 32 casas de la amistad con Cuba, que preside Aída García Naranjo, y que inició sus actividades ayer, con un acto político cultural en el centro de Lima. Los homenajes continuarán hasta el 8 de octubre, fecha de la muerte del guerrillero cubano-argentino. Hablan los políticosLA PRIMERA realizó ayer una encuesta sobre el significado del Che Guevara entre nuestros políticos. Hubo respuestas, gratas, breves, amplias. Es que el Che Guevara es desde hace mucho una figura mundial y aún hoy sigue generando controversia.El congresista de Alianza Parlamentaria Carlos Bruce sostuvo que el guerrillero fue un ejemplo de persona por su consecuencia en sus posturas políticas y culturales. “Fue un hombre consecuente con sus ideas. Más allá de que se comparta o no sus ideales, debe reconocerse su entereza para dar todo por sus ideas”, sostuvo.A su vez, el congresista aprista Julio Herrera Pumayauli dijo una serie de cosas que se resumen de este modo. “No sé si era un terrorista. A mí no me parece una persona trascendente. Quiso imponer sus ideas a la fuerza… no tengo más que decir de él”, manifestó.La fujimorista Martha Hildebrandt no quiso hablar sobre el guerrillero. “No tengo nada que decir. No voy a declarar por ahora”, sostuvo de manera cortante la congresista.El parlamentario aprista José Carrasco Távara, por su parte, sostuvo que el guerrillero fue un auténtico revolucionario de América Latina. “Su rostro es un ícono que identifica a todo aquel que está en el camino de la lucha por la justicia social. Yo saludo el aniversario de su natalicio”. Un ejemploEl congresista Isaac Mekler dice que el Che Guevara siempre será un ejemplo maravilloso de humanidad que debemos seguir. Manifestó que fue un hombre de grandes ideales que pudo cambiar la historia y que nos impulsa a luchar por nuestros hermanos. “Es un ejemplo a seguir”, expresó.El legislador fujimorista Renzo Reggiardo, por su parte, expresó que, a pesar de no seguir la postura del Che en el campo político, lo considera con una gran ícono de la humanidad y un ejemplo a seguir por su consecuencia. “Fue un gran hombre que supo vivir para defender sus ideales. Es un admirable personaje que luchó por la justicia”, afirmó.Fue una vida intensaErnesto Guevara de la Serna nació el 14 de junio de 1928 en Rosario, Argentina, y murió el 9 de octubre de 1967 en La Higuera, Bolivia. Fue el mayor de cinco hermanos. En diciembre de 1947 ingresó a la Facultad de Medicina de la Universidad de Buenos Aires. Durante 1952 viajó por Argentina, Chile, Perú, Colombia y Venezuela. En julio de 1955 conoció en México a Fidel Castro y a su hermano Raúl, que preparaban una expedición revolucionaria a Cuba y se unió al grupo como médico y desembarcó con ellos en Cuba en 1956.Tras dejar sus cargos en Cuba, combatió en Africa y después partió hacia su última campaña, en Bolivia, con un ejército internacionalista, integrado por tres peruanos: José Restituto Cabrera, Juan Pablo Chang y Lucio Gavilán, quienes cayeron con él. En el combate de Quebrada de Churo, Guevara fue herido de bala en su pierna izquierda y hecho prisionero. Al día siguiente el gobierno boliviano informó que había sido muerto en combate. En realidad, fue asesinado el 8 de octubre.

Recordando a Mariátegui


El 14 de junio de 1894 nació en Moquegua José Carlos Mariátegui, uno de los pensadores sociales más importantes que ha dado el Perú. Conmemorando los 114 años de su natalicio la Casa Mariátegui ha organizado una serie de actividades que permiten acercar la vida y la obra del Amauta a las nuevas generaciones. En el marco de esos eventos, hoy a las 7:00 p.m., se inaugura la exposición documental Los originales de Mariátegui. Nueva mirada. Se podrán ver cartas de importantes personajes de la cultura de su tiempo, así como otros documentos que pertenecieron al insigne escritor. También, ese día se mostrarán cuadros alusivos a Mariátegui entre los que destaca el retrato de Julia Codesido, artista y amiga personal de Mariátegui. El sábado 14, fecha central de estas actividades, a las 11:00 a.m., se celebrará el nacimiento de Mariátegui al pie de su monumento ubicado en la 6ta. Cuadra de la Av. 28 de Julio, esquina con Jr. Washington.

martes, 24 de junio de 2008

NOSOTROS SOMOS EL JUICIO FINAL



Negro pétalo
tras

pétalo tostado
se desliza por el amargo aire 
caen como azoteas despobladas
vientres vacíos
abuelas que todavía van al mercado
vaivenes inseguros
en un momento inesperado
todo es carne podrida que se derrumba

los suelos intoxicados son la mejor carne
no hay nada qué hacer
el juicio final no existe
la muerte última es cosa de todos los días
la tierra mojada ya no da frutos
tus zapatos nunca olvidan cómo caminar sin barro
tus antiguas nostalgias ya no te dan los dedos

Gotas finas y gruesas
salpican sobre tu cuerpo herido
salvajes momias con hambre de siglos
caen del cielo horribles máscaras
payasos sin maquillaje
mamíferos que han perdido la memoria
madres que esperan los cadáveres de sus hijos
se mezclan
todas se mezclan y se derrumban
ocioso es compartir ejemplos
nauseabundo el dolor de los encierros

no nos avisaron
nacimos juntando espinas en nuestros desiertos de amapolas disecadas
los tiempos son los tiempos
y asesinan sin motivos ni rencores
con impaciencia    sin heroísmo

a los relojes le han quitado las mejores horas
nos engañan las estaciones de etiqueta 
los insectos inundan el patio de las casas
los peces te miran como si necesitasen de otras espuelas
inocentes y suicidas
saben que la vida ha nacido muerta
saben que la vida ha nacido muy tarde
pasa un mes y otro
sin que tu espejo te ponga al tanto
una vida y otra menos
vas viviendo en cada instante como si fueras otro animal sin memoria
ignorante de verdades innecesarias
has llegado a tu huerto
solo 
como llegaste al mundo
sin espejo   sin armas
miras tu tierra y lo que crece adentro
uno tras otro
arrancas los pétalos más negros
sin que ellos te hagan nada
pétalo
         tras
                   pétalo
das la vuelta
y te vas
tu huerto queda vacío de ti
sabes que ya no hay tiempo
sabes que nunca lo hubo

moisés AZAÑA ortega

Canción tonta (García Lorca)

Mamá.
Yo quiero ser de plata.

Hijo,
tendrás mucho frío.

Mamá.
Yo quiero ser de agua.

Hijo,
tendrás mucho frío.

Mamá.
Bórdame en tu almohada.

¡Eso sí! ¡Ahora mismo!

Federico García Lorca

viernes, 20 de junio de 2008

En Moquegua festejan y en Tacna protestan


Moquegua fue una fiesta. Terminada la asamblea que empezó poco después de las cinco de la tarde de ayer en el puente Montalvo, la multitud se trasladó hacia la Plaza de Armas y, tras una breve ceremonia, se entregó al canto y las danzas para festejar uno de los triunfos populares más notables de los últimos años. El pueblo de Moquegua celebró la derrota política del gobierno que, vencido por la contundencia de las movilizaciones, tuvo que dar marcha atrás en casi todas sus pretensiones.Quedaron atrás las calumnias sobre el carácter de la protesta. El premier Jorge del Castillo no volvió a decir que las movilizaciones de Moquegua eran promovidas por un grupito de agitadores ni amenazar con cadena perpetua a quienes participaran en el bloqueo de carreteras dispuesto por el Frente de Defensa de los Intereses de Moquegua. Al contrario, a nombre del gobierno, tuvo que aceptar que en “la región Moquegua existe la necesidad de ejecutar proyectos de inversión públicos o privados por montos equivalentes a S/. 82 millones adicionales para cubrir los urgentes requerimientos de su población, preferentemente en zonas de pobreza y extrema pobreza”, tal como se indica en el primero de los acuerdos pactados con la representación de alcaldes y dirigentes populares que viajó a Lima.El acuerdo remarca que “el gobierno central facilitará la inversión en tales proyectos”.Señala también qué distritos de las provincias General Sánchez Cerro y Mariscal Nieto deberán presentar proyectos de inversión “por montos equivalentes a lo dejado de percibir por concepto de canon el año pasado”.Dispone, además, que la legislación será modificada para que las grandes empresas mineras que realizan operaciones en más de un departamento, lleven las cuentas de cada mina en libros separados. El acta suscrita en Lima y aceptada por las poblaciones de las localidades de Ilo y Moquegua tiene 8 puntos que en conjunto totalizan 447 millones de soles para obras y contempla la instalación de una mesa de trabajo técnica que haga posible la ejecución de todos los acuerdos.Mientras tanto, el desbloqueo del puente Montalvo hizo que se normalizara el tránsito por la carretera Panamericana. El transporte interprovincial reinició sus viajes a Arequipa, Tacna y Lima. Los comerciantes volvieron a abrir sus negocios y ya se piensa en las festividades del recién establecido “Día de la unidad y la dignidad moqueguana” para el venidero 17 de junio.Organizaciones evalúan medidasNi bien se conoció el texto del acta firmada entre el gobierno nacional y los representantes del pueblo de Moquegua, las autoridades regionales y locales de Tacna convocaron a una asamblea general de emergencia y advirtieron que se opondrán a la implementación de los acuerdos.Sobre todo del tercer punto, que recoge la disposición de que la Southern Copper llevará por separado las cuentas de sus minas Cuajone y Toquepala, ubicadas en los departamentos de Moquegua y Tacna, respectivamente.En efecto, el documento señala que “el Ejecutivo propondrá las normas legales necesarias que permitan la elaboración de contabilidades separadas”. “Entonces que separen también el agua, que es tomada de reservorios que se encuentran en Tacna y sirven para el proceso minero de Cuajone; y los pasivos ambientales, que se generan en Moquegua pero contaminan nuestro departamento”, afirmó el consejero regional Julio Peralta, en un aparte de la reunión. Sostuvo también que no permitirán la ejecución de los acuerdos si es que los proyectos que presenten las autoridades moqueguanas empiezan a ser financiados sin la fiscalización de los representantes tacneños.Los choferes también anunciaron medidas de lucha. “Moquegua ha conseguido más plata perjudicando el transporte hacia nuestra ciudad. Por eso vamos a pedir un resarcimiento por las pérdidas millonarias que hemos tenido en los diez días del paro”, dijo Germán Mamani, líder de los transportistas. Al cierre de esta edición, el presidente de la regió Tacna, Hugo Ordóñez, que se encontraba en la capital, solicitó una reunión con carácter de urgencia a Del Castillo.

Información extraída del diario LA PRIMERA de hoy día.

Moquegua los derrotó

La movilización del pueblo de Moquegua ha logrado detener el impulso represivo del régimen, que hasta amenazaba con cadena perpetua a los dirigentes populares.La unidad compacta de los moqueguanos ha logrado impedir que se desate el instinto fascista de los Alan García, Luis Giampietri, Jorge del Castillo y Agustín Mantilla. Se han visto defraudados los perros guardianes que aconsejaban desalojar a balazos a los manifestantes. Se ha alcanzado, por otra parte, una compensación por el menor ingreso de canon.Todo esto implica un retroceso, una derrota del oficialismo.En los acuerdos alcanzados entre el Ejecutivo y las autoridades y representantes de Moquegua se fijan sumas de dinero que se equiparan a las que Moquegua había perdido por el canon de 2007. Esos fondos se emplearán sobre todo en obras para las áreas más pobres de la región.La victoria moqueguana no tiene sólo un peso monetario.Es el triunfo de una lucha popular, de masas, que cobró ribetes de violencia sólo cuando las autoridades del gobierno central ordenaron sofocar la protesta por medios violentos. La respuesta fue de masas: por eso fue contundente. En mi anterior columna sobre el caso Moquegua tracé el turbio itinerario que sigue siempre el gobierno actual frente a los reclamos colectivos. Primero, no hace caso a las demandas pacíficas; luego, cuando el pueblo se impacienta y protesta, ejerce la represión y plantea que no habrá solución si no cesa la lucha.El tercer acto rutinario es enjuiciar, encarcelar y disparar. Las masas alzadas de Moquegua han impedido hasta ahora que se montara ese tercer acto. Su unión y su lucha convencieron a las autoridades de que no podrían doblegar a los moqueguanos por la fuerza. Su única alternativa era un baño de sangre.Hay que felicitarse de que los activistas de la protesta, que no responden a consignas partidarias ni son terroristas, se comportaran con moderación respecto al general PNP Alberto Jordán y al medio centenar de policías que habían tomado en rehenes, y que supieran aliar la firmeza con la flexibilidad.La moraleja es, una vez más, que una lucha justa, con objetivos claros, triunfa cuando se asienta en el trípode inconmovible: unidad, organización y lucha. En momentos en que se avecina el paro cívico y sindical del 9 de julio, las organizaciones del pueblo deben analizar los hechos de Moquegua y su lección de combate, serenidad y victoria.Otra moraleja es que no hay que temer las bravatas, las amenazas y las calumnias del gobierno.Recordemos todos, además, cómo naufragaron las mentiras de Alan García, quien llegó a afirmar que la lucha de Moquegua era obra de “una pequeña minoría que no respeta la ley”. El presidente es un hombre que no respeta la realidad. Por eso, Moquegua no debe dormirse sobre sus laureles.

Escrito por CÉSAR LÉVANO.

miércoles, 18 de junio de 2008

CONGESTIÓN DE LETRAS


Abro un libro. 
   Cierro los tormentos. 
            Una pestaña cae en la luna izquierda de mis lentes negros
opaca las palabras,
   se congestionan los renglones.
¡Oh,
congestión
congestión
con-ges-tión!
Descartes se hace el tercio con las ideas innatas.
Locke se hace el difícil con las empíricas.
¡Sólo sé que nada sé!, me dice Sócrates,
y lo asumo
ni mierda sé.
Hay metáforas de carne y hueso
se incrustan en nosotros como astillas de viejos sillones.
Llega García Márquez y me caga en el final de Vivir para contarla.
Y la niña mala es una cagada en sus travesuras que narra Vargas Llosa.
¡Qué carajo!
¡Congestión de palabras,
de letras,
de pestañas!
Congestión de segundos.
Ya es de noche.
Oswaldo Reynoso esconde una lisura en un párrafo que me recuerda
—sí sé por qué—
a Martín Adán.
Ya es de noche,
repito
levanto la mirada,
inundación de carros atropella la avenida,
diez minutos y podría llegar a casa
pero estos pocos kilómetros tienen el rostro de una hora en llantas
Continúo leyendo,
prefiero mil veces la congestión de los libros.



AZAÑA ORTEGA, Moisés

viernes, 6 de junio de 2008

Si Alicia volviera


Hace ciento treinta años, después de visitar el país de las maravillas, Alicia se metió en un espejo para descubrir el mundo al revés. Si Alicia renaciera en nuestros días, no necesitaría atravesar ningún espejo: le bastaría con asomarse a la ventana.

Escribe: Galeano (1998)

martes, 3 de junio de 2008

¡ALERTA, ALERTA...! O EL HAMBRE EN LA PUERTA DE DIOS



La amenaza para la nación del mundo está abierta
los precios siguen subiendo hasta la puerta de Dios
la sed y los deterioros no ponen huevos de oro
Cuando la miseria habla por sí misma
el hambre registra en su voz una tristeza sin alas
y nos cubre
nos envuelve 
El saco de esta vida ha perdido la corbata
¡Ay de mí!, gritaría Medea
aterrada en un cuarto lleno de adornos dorados
 tomaría sus manos 
y volvería a matar a sus hijos
carne tras carne sobre una mesa de frijoles
antes de que la pobreza u otros eufemismos
acaben con ellos
encima de un plato vacío



AZAÑA ORTEGA, Moisés

domingo, 1 de junio de 2008

Contabilizando a los pobres

En el Perú estamos haciendo colectas para que un campeón de ajedrez o matemáticas pueda viajar al exterior, pero tenemos un presidente que plantea organizar una olimpiada. También decimos que la pobreza está disminuyendo sin hacer nada por ella, por el sólo efecto de que aumentan las inversiones en minería y se firman más tratados de libre comercio; pero aceptamos el ingreso de mil marines gringos armados en el la zona caliente del VRAE, con el pretexto de que van a ayudarnos a construir tres postas, abrir dos pozos de agua y reparar dos escuelas. En otras palabras se piensa en grande cuando se quiere y se vuelve a ser chico el día siguiente. Visto desde fuera, el Perú es un país pobre con múltiples posibilidades de hacerse rico con un poco de dinero y relaciones. Es lo que hacen las trasnacionales que como el consorcio Camisea nos hacen pagar a nosotros mismos sus inversiones, o como LAP, que se manejó entre créditos avalados por el Estado y supertarifas en el aeropuerto. Pero este país es también un modelo de polarización social. Aquí hay niveles de vida de primer mundo al lado de millones en la línea de supervivencia o incluso por debajo de ella. Saber cuántos son estos parias del sistema es la tarea de los medidores de pobreza, pobretólogos, como dice el presidente. En esencia este peculiar oficio se justifica a partir del reconocimiento de los Estados de su fracaso para impulsar a la sociedad en su conjunto hacia el desarrollo, es decir, invertir y orientar hacia una mejora continua de los niveles de productividad, innovación, educación, bienestar e institucionalidad del conjunto y no de unos pocos. En reemplazo el poder se propuso concentrarse en “los pobres”, que era casi como decir nos enriquecemos pero ayudamos a los que menos tienen. Y para eso tenemos que saber cuántos son esos que no tienen y como evolucionan cada año, y obviamente lograr el aval del Banco Mundial para lo que estamos diciendo. La disminución estadística del número de pobres es ahora la prueba fidedigna que el modelo funciona y redistribuye, como se ha visto en estos días. Pero sirve también para repriorizar el gasto social. Algo así como determinar si es necesario que sigamos gastando socialmente la cantidad que aplicamos los últimos años. Las cifras de la pobreza del 2007 parecen estar advirtiendo que ha bastado que García cambie, se rodee de empresarios, se trate de tú con Bush y Merkel, y no haga nada más por los pobres, para que éstos disminuyan inconteniblemente.

Escribe: Raúl WienerAnalista. (En columna del diario La Primera)