viernes, 23 de enero de 2009

CONGESTIÓN


Toca el claxon, su desesperación le frunce las cejas, golpea el volante reiteradas veces como si de este modo sosegara el tráfico, el calor es insolente dentro del tico; voltea, en sus ojos hay vertical furia, horizontal humanidad, avanza a lo mucho dos metros y un camión enorme se aproxima, miles de cláxones continúan la batalla campal de resonancias volviendo loco a los transeúntes y a los mismos chóferes. El camión se coloca a su costado, quiere entrar por allí, presiona el claxon y le revienta la membrana auditiva a nuestro conductor, y el ¡carajo! llega hasta mí, el ¡mierda! lo escuchan todos, el ¡conchatumadre! nadie lo quiere oír, pero es inevitable, ni aunque te tapes las orejas aquel baladro evitarás: sacuden tus tímpanos, el eco de el ¡conchatum…! se seca allí. Una combi pasa ocupando la vereda «maneja bien, imbécil», le gritas, bajas la mirada: el chofer es un dinosaurio. El sol está totalmente desnudo y se echa en la ciudad de Lima como si quisiera broncearse; dentro del tico se produce una especie de calentamiento global y le genera comezón en los testículos. No se ha bañado, no tiene agua en su casa, le han cortado por no cancelar, por eso está taxeando pero es mediodía y apenas ha llevado un pasajero y no ha sacado para el petróleo ni para pagar el alquiler del auto… Paciencia, mejor es esperar, te has dado cuenta que por más que desesperes no lograrás reducir la congestión, buscas entonces el periódico que en la mañana, cuando todo te era Edén, lo compraste, te desabrochas la camisa, te rascas los huevos y empiezas a leer tu diario deportivo esperando que el policía de tránsito indique que pueden proseguir. De pronto escuchas con alevosía: «¡Avanza, cachudo baboso!», ¿es para ti?, alzas la vista y te repite lo mismo pero con mayor firmeza. No le devuelves el insulto, ni siquiera le miras con cólera; indignado, le obedeces: avanzas, y una ligera sonrisa se choca con el sudor de tu rostro, entonces entiendo por qué sonríes, ese insulto en ti es un halago: nunca has tenido novia.

Moisés AZAÑA ORTEGA