miércoles, 18 de agosto de 2010

A la medianoche las ilusiones duermen, el cansancio se estira y el silencio se parece más a sí mismo. Afuera apenas se oyen susurros de autos que olvidaron regresar más temprano o tal vez sean noctámbulos que viajan trasladando personas desde su taxi; remotos ladridos de perros sin dueño y de perros que enjaulados están en sus casas; monocordes y agudos pitos que van dejando sin pulmón a algunos centinelas que preparan su siesta de tres de la mañana; ruidos que en el aire se mezclan y llegan confusos advirtiendo que la vida se esconde más allá de las percepciones. La espera de un silencio total en la noche, es vana, parece que no es eso [no ser lo] que está detrás del ruido, sino aquello que se encuentra en las materias incognoscibles. Si de utopías se trata, el silencio es la mayor utopía.

septiembre 2 009
AZaÑa ORTeGa