Abril se pinta con lentejuelas y bolígrafos
y falsos cementerios.
Es el mes del idioma impuesto.
Lloramos,
reímos
y sentimos con la misma lengua.
Si te digo, por ejemplo,
"te quiero"
¿podrá tu corazón entenderlo?
Si te digo, por ejemplo,
"me voy",
¿tu sonrisa se desfiguraría?
Somos nuestro idioma
mientras pensamos
y sentimos,
y puede que tu corazón también dé un brinco en castellano
cuando de casualidad nos chocamos
y no decimos ni una sola palabra
de las tantas que existen en nuestra olvidada lengua.
Moisés AZÄÑA
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