martes, 31 de diciembre de 2013

PRIMER DECÁLOGO DE UN JOVEN QUE QUIERE SER ESCRITOR


1    1. Primero, no decir que se quiere ser escritor. En lugar de decirlo, da muestras de ello: un relato, un ensayo, un poema… algo que hable por ti.

2    2. No decir que se está escribiendo como un loco cuando se está escribiendo como un loco. Sencillamente concentrarse en escribir como un loco. Al menos no decirlo hasta que la locura te haya adueñado por completo. Y cuando te haya adueñado por completo, no necesitarás decirlo. Señal de que te estás volviendo escritor es que en lugar de hablar sobre cosas que estás escribiendo o cosas que vas a escribir, muestras lo que has escrito y conversas sobre lo escrito.

3   3. Si no tienes tiempo, como yo, o si lo mal aprovechas, como yo, al menos date una hora diaria para escribir. No, una hora no, dos al menos. Y si puedes, más. Si no las aprovechas, olvídate de ser escritor.

4   4. No decepcionarse por los fracasos. Que estos te impulsen. Ten en cuenta que tienes un 99 % de posibilidades para fracasar, quizá el 100. Ten en cuenta que tus primeros trabajos no van a ser la gran obra anhelada. Es lo de menos, lo importante es que escribas, concéntrate en un proyecto y luego en otro y luego en otro. No ceses, respira escritura. Conforme escribas más (y leas más, necesario la lectura), te irás dando cuenta qué es lo que te falta para conseguir la gran obra. Ahora bien, que estés metido de lleno, tampoco disminuyen tu posibilidad de fracaso. Pero estoy seguro, algo me dice eso, que si te metes de lleno en algún momento algo viene. Y si no viene, no te preocupes, acuérdate que lo importante es escribir: no serás el primer inmortal en morir sin ser reconocido.

5     5. Como somos jóvenes, tenemos que formarnos. Nuestras horas de estudio no podrán ser iguales al de la escritura. La lectura, en este momento de nuestra vida, será el doble, triple o cuádruple al de la escritura. Cuando sientas que en tu haber ya tienes además de los clásicos, a los no tan clásicos y a los buenos contemporáneos, ya podrás sentarte de igual a igual en horas de lectura y escritura. Y, después, tal vez, serás un escritor que vive de su oficio y podrás pasarte el día y la vida escribiendo. Pero no sueñes con eso, puede que nunca suceda, sueña únicamente con escribir. Dedícate únicamente a escribir.

6     6. No reniegues de la vida en estado inerte: sentado o contándoselo a alguien. Mejor escríbelo.

7    7.  Si vas a dedicar tu vida a escribir dítelo todos los días y toma conciencia de lo que te estás diciendo: vas a dedicar tu vida (tu única vida) a escribir. Toma conciencia; si no te pesa, vas por buen camino.

8    8.  Como vas a dedicar tu vida a escribir, este ha de ser el centro de toda tu vida, tu eje. Primero la escritura, segundo la escritura, luego quizá la enamorada, el trabajo, etc. Ah, pero antepón a tus seres queridos, sobre todo si están mal. Antes que a la escritura estarán ellos, sino vivirás arrepentido de por vida. Date un tiempo con ellos sin que este tiempo afecte a tu escritura, al contrario, que le dé nuevos aires. Después de tus seres queridos, sea papá, mamá, hermana o ya sepas tú, la escritura es lo primero lo segundo lo tercero, tu principio y tu fin. Tu única religión.

9    9. Piensa todo el tiempo en escribir. No hay otra forma de concretizar tus ideas que teniéndolas. Si no piensas en escribir (en lo que vas a escribir, en algún tema, cualquier tontería por más nimia que sea), nada escribirás. Pero no lo pienses todo el tiempo: el tiempo que has reservado para escribir, escribe.

1    10. Si tienes cursos en la universidad o trabajos pendientes o deberes por cumplir, cúmplelos primero, luego tendrás todo el tiempo para leer y escribir tranquilo, sino vivirás angustiado y escribirás decálogos o cuentos o poemas o ensayos preocupadísimo, dañándote todo el organismo, causándote úlceras y algo dentro de ti te dirá a cada rato: «Carajo, alístate, tienes que estar en tu clase a las tres de la tarde y ya son las tres y veintiuno y ni te has bañado». Y yo, digo, tú, concluirás: «Mierda, ¡otra vez llegaré tarde!».

octubre 2013

Moisés AZAÑA ORTEGA

* Este decálogo, han de sospecharlo, soy el que menos lo cumple. Espero, sin embargo, que al menos uno, tras leerlo, lo aproveche y después, si puede, me envíe algo de lo que ha escrito para darme el gusto de leerlo. Este decálogo, no han de sospecharlo, también ha sido pensado para otros artistas, la palabra escritura pueden reemplazalo por lo que deseen, por ejemplo, pintura, música...

1 comentario:

Fernando Waroto dijo...

Las normas de convivencia del monte Sinai.