viernes, 21 de marzo de 2008

Travesuras de la niña MALA



No creo que en el planeta que nos toca vivir exista una mujer de las características específicas de la niña mala y, si la hay, espero no ser yo el Ricardito.

Cuando inicié la lectura, confieso, quedé algo desilusionado con Vargas Llosa, no me gustó del todo, no me atrapó desde el principio. Seguí, a picotazos titilantes, caminando por los renglones y así fue que, ni me atrapó ni me ahorcó, solo que sin darme cuenta en alguna página ya estaba enamorado de la forma más extraña: me tiró a su cama de vaivenes de esta terrible historia de amor y quedé a sus pies como flacuchento Quijote a su idílica Dulcinea.

Hay momentos y momentos de la obra donde nos asalta la catarsis. Es inevitable. No me faltaron, también, las ganas de asesinar a las hojas en donde la niña mala explaya una frialdad casi, o quizá, inhumana, dejando al enamorado e imbécil Ricardo en ese oscuro salón de la depresión. Una y otra vez y otra vez. Disculpen ustedes, pero así fue, así es, léanla. Él intenta, abrumándose de trabajos, despejar la hermosa y penetrante imagen de la niña mala, evadir sus recuerdos y, con ello, el amor sofocante que le saca del plano terrenal. Y sin embargo, de nuevo como un Lázaro, del averno ella resucita, perturbando más la ya actitud haraposa del señor niño bueno, el pichiruchi.

No es que sea un poder providencial, pero Vargas Llosa encuentra una manera de sostener y cautivar al lector. Tratándose de él, no es un logro, sino una obligación como todo buen escritor. Vivir lo que se lee, sentir hasta la propia enfermedad que acaece la niña de mil nombres, es el prodigio que el escritor peruano utiliza con suma naturalidad y que contagia de manera casi sumisa, incluso sin requerir de pausas siquiera para respirar.

Aunque no es su mejor novela, si no has leído a Varguitas, esta sería una magnífica obra con que podrías iniciar. Iba a decir: que ningún mortal debe dejar de lado, pero eso ya lo dejo a decisión de ustedes. Serán presos de todo lo que sucede, les hará viajar por distintos países y en cada uno de los sentimientos de los personajes, le abrirá los ojos sobre las distintas vestimentas del amor.
Moisés AZAÑA ORTEGA

No hay comentarios: