octubre 2013
Como sé que este blog es una persona muerta
que camina de casa en casa sin que nadie se dé cuenta de su existencia, de vez en cuando me doy la
gracia de colgar, sin rubor y aspavientos, lo que encuentro abandonado en mi vieja
PC.
Lo que aquí se publica son
hojas muertas que pasan de la privacidad de mi computador al vedetismo del Internet. Lo hago solo por cierta nostalgia. Es algo así como un padre que tras
ver a su feo hijo, defectuoso y esmirriado, le entra las ganas de sacarlo a
pasear para que conozca más de lo que no ha conocido. Darle así tal vez un poco
más de vida. Sin embargo, puede que este buen intencionado paseo sea más
perjudicial que provechoso. De todos modos, el padre se siente algo aliviado, convencido
de que el hijo también; y lo que ha de suceder, se dice, tendría que suceder
sacándolo o dejándolo adentro. Algo así, aunque no precisamente, es el
sentimiento que me embarga tras colgar en el Sin Calzón cosas que escribo sin
la menor ambición de publicarlo por este medio.
No hay, como han de
suponerlo, una tribu de sincalzoneros, ninguna lista de seguidores. Sin
embargo, ha habido varias personas que me han preguntado o me han dicho, no sé si reclamándome o
más bien solo por llenar algún vacío, por qué ya no escribo en el Sin Calzón,
por qué ya no escribo más. Y siempre les contesto que nunca escribo en el Sin
Calzón ni para el Sin Calzón. Cuando escribo, escribo simplemente. Me concentro
en lo que estoy escribiendo y no sé precisamente cuál será su destino. Lo he
conversado con César, amigo que todavía, pese a todo, también a veces cuelga
cosas en su blog. Y sabemos muy bien que si uno publicase en el blog todo lo
que escribiese, se llenaría irresponsablemente. Uno, aunque deja de publicar en
el blog, continúa escribiendo sea en la en casa o en la calle. La escritura,
cuando se te adueña, ya es imposible dejarla. Te posee. No siempre es como una
droga, pero una vez que te ha picado el bicho, ya no podemos renunciar.
moisés AZAÑA ortega
Posdata: Febrero 2015: Este, por ejemplo, es otro de los papeles que
he encontrado en mi vieja pc y ahora, recién ahora, revisando y ordenando el
montón de archivos he sabido de su existencia, y me he dicho: caray, por qué no
lo colgué en el mismo momento en que lo escribí. Me lo he dicho porque este
papel es el único que ha sido escrito pensando en el blog. ¡Y tampoco se
publicó! Bueno, quizá hay más, debo seguir ordenando.
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