Estos días son completamente tuyos. Y este
completamente no encierra un parcial. Tú abarcas la totalidad de mis días. Mis
pensamientos y mis actos son solo de ti, mis sueños y mis ideales te pertenecen. No hay nada que no pueda traducirse en tu nombre, no hay nada que no pueda dar
con tu imagen. Tu rostro, tus manos, tus gestos, tus palabras abarcan TODOS MIS
PASOS. Estas paredes, el cielo triste de mayo y hasta mi propia respiración
—aunque suene patético— tiene tu nombre y tu imagen.
AZAÑA ORTEGA
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