He tenido la intención de ir a tu casa.
He tenido la intención de llamarte.
He tenido una semana y un día sin ti.
He tenido todo
y he tenido nada.
Disculpa que te escriba.
No sé si sea mejor escribirte,
no sé si sea mejor ir a tu casa.
Lo que sé es que quiero verte.
Lo que sé es que mi vida sin ti es es un eterno comercial
(fea metáfora)
Lo que sé es que...
ya no puedo
y ya no puedo —como Vallejo—
con tanto cajón
tanto minuto, tanto lejos y tanta sed de sed!
Ya no puedo
(sí, esto último tampoco sonó tan bonito
pero qué le hacemos
la verdad no siempre tiene un aire primaveral)
Moisés
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