1 1. Primero, no decir que se quiere ser escritor. En lugar
de decirlo, da muestras de ello: un relato, un ensayo, un poema… algo que hable
por ti.
2 2. No decir que se está escribiendo como un loco cuando
se está escribiendo como un loco. Sencillamente concentrarse en escribir como
un loco. Al menos no decirlo hasta que la locura te haya adueñado por completo.
Y cuando te haya adueñado por completo, no necesitarás decirlo. Señal de que te
estás volviendo escritor es que en lugar de hablar sobre cosas que estás
escribiendo o cosas que vas a escribir, muestras lo que has escrito y conversas
sobre lo escrito.
3 3. Si no tienes tiempo, como yo, o si lo mal aprovechas,
como yo, al menos date una hora diaria para escribir. No, una hora no, dos al
menos. Y si puedes, más. Si no las aprovechas, olvídate de ser escritor.
4 4. No decepcionarse por los fracasos. Que estos te
impulsen. Ten en cuenta que tienes un 99 % de posibilidades para fracasar, quizá el 100. Ten en cuenta que tus primeros trabajos no van a ser la gran obra
anhelada. Es lo de menos, lo importante es que escribas, concéntrate en un
proyecto y luego en otro y luego en otro. No ceses, respira escritura. Conforme
escribas más (y leas más, necesario la lectura), te irás dando cuenta qué es lo
que te falta para conseguir la gran obra. Ahora bien, que estés metido de
lleno, tampoco disminuyen tu posibilidad de fracaso. Pero estoy seguro, algo me
dice eso, que si te metes de lleno en algún momento algo viene. Y si no
viene, no te preocupes, acuérdate que lo importante es escribir: no serás el
primer inmortal en morir sin ser reconocido.
5 5. Como somos jóvenes, tenemos que formarnos. Nuestras
horas de estudio no podrán ser iguales al de la escritura. La lectura, en este
momento de nuestra vida, será el doble, triple o cuádruple al de la escritura.
Cuando sientas que en tu haber ya tienes además de los clásicos, a los no tan
clásicos y a los buenos contemporáneos, ya podrás sentarte de igual a igual en
horas de lectura y escritura. Y, después, tal vez, serás un escritor que vive
de su oficio y podrás pasarte el día y la vida escribiendo. Pero no sueñes con
eso, puede que nunca suceda, sueña únicamente con escribir. Dedícate únicamente
a escribir.
6 6. No reniegues de
la vida en estado inerte: sentado o contándoselo a alguien. Mejor escríbelo.
7 7. Si vas a dedicar tu vida a escribir dítelo todos los
días y toma conciencia de lo que te estás diciendo: vas a dedicar tu vida (tu
única vida) a escribir. Toma conciencia; si no te pesa, vas por buen camino.
8 8. Como vas a dedicar tu vida a escribir, este ha de ser
el centro de toda tu vida, tu eje. Primero la escritura, segundo la escritura, luego
quizá la enamorada, el trabajo, etc. Ah, pero antepón a tus seres queridos,
sobre todo si están mal. Antes que a la escritura estarán ellos, sino vivirás
arrepentido de por vida. Date un tiempo con ellos sin que este tiempo afecte a
tu escritura, al contrario, que le dé nuevos aires. Después de tus seres
queridos, sea papá, mamá, hermana o ya sepas tú, la escritura es lo primero lo
segundo lo tercero, tu principio y tu fin. Tu única religión.
9 9. Piensa todo el tiempo en escribir. No hay otra forma
de concretizar tus ideas que teniéndolas. Si no piensas en escribir (en lo que
vas a escribir, en algún tema, cualquier tontería por más nimia que sea), nada
escribirás. Pero no lo pienses todo el tiempo: el tiempo que has reservado para
escribir, escribe.
1 10. Si tienes cursos en la universidad o trabajos pendientes
o deberes por cumplir, cúmplelos primero, luego tendrás todo el tiempo para
leer y escribir tranquilo, sino vivirás angustiado y escribirás decálogos o
cuentos o poemas o ensayos preocupadísimo, dañándote todo el organismo, causándote
úlceras y algo dentro de ti te dirá a cada rato: «Carajo, alístate, tienes que
estar en tu clase a las tres de la tarde y ya son las tres y veintiuno y ni te
has bañado». Y yo, digo, tú, concluirás: «Mierda, ¡otra vez llegaré tarde!».
octubre 2013
Moisés AZAÑA ORTEGA
* Este decálogo, han de sospecharlo, soy el que menos
lo cumple. Espero, sin embargo, que al menos uno, tras leerlo, lo aproveche y
después, si puede, me envíe algo de lo que ha escrito para darme el gusto de
leerlo. Este decálogo, no han de sospecharlo, también ha sido pensado para otros artistas, la palabra escritura pueden reemplazalo por lo que deseen, por ejemplo, pintura, música...
1 comentario:
Las normas de convivencia del monte Sinai.
Publicar un comentario