domingo 9
Porque escribo pero no soy escritor, porque no soy un ejemplo, porque soy demasiado humano, porque mi condición es la de hombre sin voluntad, de muchas desidias y de muchos sueños. Porque me invaden demasiadas interrogantes, demasiados demonios y no puedo con todos ellos, mi debilidad es debilidad y mi fortaleza es aún no tenerla. Porque se presentan tantos símbolos, tantos barcos, tanta tierra, tantas líneas sin boca, que termino ahogándome con mi saliva. Porque no nací como ser de perseverancia. Porque no dispongo del tiempo necesario en que me sienta (sentir, sentarme) tranquilo, y cuando lo tengo, hago cualquier cosa, menos cumplir conmigo mismo. Porque pierdo péndolas en el futuro reciclando pasados de todos los colores, porque me ilusiono fácilmente y no tan fácilmente me desilusiono. Porque dispongo de paganismo desleal y carezco de aquello que llaman fe y a veces también de esperanza. Porque escribo cada vez que me acuerdo, y así, lo sé, no llegaré jamás a ser escritor, y tal vez nunca lo sea. Entonces viviré en un eterno sueño. Sin estar soñando.
mayo 2010
Moisés AZAÑA
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