El sarro ebulliciona y salpica su pútrido germen a los estómagos mentales que cada día se vuelven menos conscientes, más indiferentes con lo que sucede en el derredor humano. Ante esto la palabra es un buen cepillo, solo hay que saberlo utilizar.
Parece que El Padrino le queda chico a Adrián. También parece que ese tu sobrino iba a visitarte muy a menudo: ya entiendo de dónde sacas esas frases. Llévalo a la facu.
A Epidemor: Chévere Epidemor y gracias por el deseo, espero que los veintidos días que faltan para Maiden no sean los que faltan para que cuelgues algo nuevo en tu blog.
6 comentarios:
Parece que El Padrino le queda chico a Adrián. También parece que ese tu sobrino iba a visitarte muy a menudo: ya entiendo de dónde sacas esas frases. Llévalo a la facu.
Por favor, separe usted los párrafos T_T, que no se paga a la imprenta por los textos virtuales.
Leonardo Cárdenas.
Bravaso tu texto ah, no se hace tedioso nunca y te da ganas de seguir leyendo.
Bien ahí.
Saludos y sigue escribiendo :P
A
Tercer distante: Llevarlo a la facultad sería un detonante. Peor si se junta con un tal José y la mancha de un tal Oswaldo.
Leonardo Cárdenas: Jajaja... El Sobrino no te hubiese hecho caso, sin embargo, yo sí. Gracias por la sugerencia.
A
Epidemor: Chévere Epidemor y gracias por el deseo, espero que los veintidos días que faltan para Maiden no sean los que faltan para que cuelgues algo nuevo en tu blog.
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